Unos pequeños seres de plástico se han apoderado de la esencia de unos habitantes en una pequeña villa situada en pleno corazón de la montaña alicantina y usurpando su identidad pretenden detener el transcurso y devenir de los días... Puede que lo consigan y su primer intento ha sido una pequeña cafetería del centro histórico, aquí tenéis una pequeña prueba de ello.